lunes, 18 de marzo de 2013

Con nombre propio

A los primeros sillones había que ponerles un nombre. Entendiamos que de esta manera iba a resultar más sencillo para nuestros clientes (y para nosotras) ubicarlos a la hora de posibles consultas. Más fácil para todos. Pensamos en flores, en canciones, en algunas frases e incluso en protagonistas de culebrones históricos de la televisión. Pero esta vez la decisión de los nombres fue una tarea sencilla. Sin intercambio de opiniones ni alternativas dando vueltas. Los primeros muebles intervenidos ya tenían nombres propios, los de cuatro hermosas musas inspiradoras (que tan felices nos hacen). SOFIA, HELENA, JULIA y JUANA, nuestras hijas. Que otros…



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